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Talca, París y Londres: origen del dicho


El tradicional dicho talquino, "Talca, París y Londres", deja entrever parte de la historia de esta ciudad, que en el siglo XIX tuvo una marcada influencia inglesa y francesa.

El Museo O'Higginiano y de Bellas Artes de Talca ha rescatado ese legado a través de la selección y recuperación de fotografías y pinturas, y la publicación de investigaciones que dan cuenta del origen de esta frase.

Una de las versiones más difundidas y aceptadas, indica que esta expresión evoca el pasado glorioso que vivió la ciudad durante el siglo XIX.

Esta versión considera que Talca vivió una época de progreso y transformación, gracias a la llegada de extranjeros a la región, que crearon industrias, desarrollaron el comercio y la producción agrícola, al igual que nuevas formas de comunicación y transporte.

Se desarrolló también un cambio en la sociabilidad basada en la imitación de Francia. La arquitectura urbana, la decoración de las casas y la moda, abandonaron así los patrones coloniales.

Talca era la tercera ciudad más poblada de Chile, después de Santiago y Valparaíso, y la cuarta en importancia económica del país.

Ello trajo un importante progreso material y urbanístico, en que destaca:

  • 1857: Llegó el telégrafo.
  • 1868: Se levantó el edificio del Club Talca.
  • 1874: se inauguró el servicio de agua potable.
  • 1875: Talca se conecta a Santiago a través del ferrocarril.
  • 1884: Abrió sus puertas el Banco de Talca.
  • 1888: Se instaló el teléfono.
  • 1893: Primer servicio urbano de carros de sangre.
  • 1894: Inauguración del Edificio Consistorial.

Este progreso llevó al escritor local Pantaleón Aravena Azócar, a plantear que "en el mundo, después de Talca viene París y Londres". (Aravena: s/f, pág. 157).

Esta primera interpretación nos habla de los avances de Talca durante el siglo XIX, en el plano demográfico, económico, y en el desarrollo de las ciencias, las artes y las letras.

Ferrocarril y sombrerería

Una segunda versión sobre el origen de esta popular frase se refiere a la llegada del ferrocarril a Talca en 1875.

Cerca de la estación había una sombrerería de lujo, de propiedad del francés Ferdinand Bodineau, la cual, en una de sus vitrinas lucía el cartel "Talca, París y Londres", para representar el origen y la calidad de los productos allí vendidos.

La frase fue aprovechada entonces por uno de los conductores del tren, quien al llegar a Talca anunciaba: "¡París, señores! ¡Mañana continuamos con Londres!".

Talca era el término de la línea férrea, por lo que muchos de sus viajeros debían dormir en la ciudad transformando la sombrerería en un punto de referencia.

Visitante extranjero

Un tercer relato cuenta que un viajero extranjero, que hablaba un imperfecto español, había dicho que Talca se parecía a Londres por la neblina que cubría la ciudad en invierno.

Con el paso del tiempo esta frase derivó en Talca, París y Londres.

No hay certeza de cuál de estas versiones es más cercana al origen de la frase.

Escritores de la talla de Joaquín Edwards Bello y Benjamín Subercaseaux vieron en el dicho el orgullo y soberbia de la sociedad talquina.

Su clase dirigente, fue la que desde mediados del siglo XVIII luchó por el progreso material de Talca.

"Talca, París y Londres" es una frase que da cuenta de la relevancia de Talca en la vida nacional durante el siglo XIX, la que hicieron sentir en sus habitantes un justificado orgullo, producto de la fascinación que ejercía Europa sobre esa ciudad, Chile y América Latina.

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